lunes, 10 de diciembre de 2007

El tamaño del sistema solar II

Desde los tiempos de Cassini se sabía que el diámetro del sistema solar, desde un extremo al otro de la órbita de Saturno, medía casi tres mil millones de kilómetros. El diámetro de la esfera imaginaria que abarcaba todos los planetas conocidos por los griegos no era cuestión de unos cuantos millones de kilómetros, como se suponía en tiempos de Hiparco, sino de miles de millones.

Pero esta cifra también quedó superada con el paso del tiempo. En 1781, el diámetro de las órbitas planetarias sufrió de golpe un aumento del doble, cuando el astrónomo germano-inglés William Herschel (1738 - 1822) descubrió el planeta Urano. Dicho diámetro volvió a doblarse luego en dos etapas: en 1846, el astrónomo francés Urbain Jean Joseph Leverrier (1811 - 1877) descubría Neptuno, y en 1930 el astrónomo americano Clyde William Tombaugh (1906 - 1997) descubría Plutón.
Teniendo en cuenta que la órbita más externa es la de Plutón, y no la de Saturno, el diámetro del sistema solar no es de tres mil millones de kilómetros, sino de doce mil millones. Un rayo de luz, -capaz de recorrer una distancia igual al perímetro de la Tierra en 1/7 de segundo y de salvar el espacio entre ésta y la Luna en 1 1/4 de segundo- tardaría casi medio día en atravesar el sistema solar. En efecto, el cielo había retrocedido implacablemente desde los tiempos de Grecia.
De hecho no hay ninguna razon para suponer que Plutón constituye la frontera de los dominios del Sol, aunque esto tampoco significa que debamos postular la existencia de planetas aún más lejanos y desconocidos (a pesar de todo, es muy posible que existan algunos muy distantes y de tamaño relativamente pequeño). Se conocen ciertos cuerpos, fácilmente visibles en ocasiones, cuya distancia máxima excede sin duda alguna a la de Plutón.
Este hecho era conocido incluso antes de que el descubrimiento de Urano viniera a dilatar, por así decirlo, las fronteras de la porción estrictamente planetaria del sistema solar. El científico inglés Isaac Newton (1642 - 2727) consiguió formular en 1684 la ley de la gravitación universal. Esta ley explicaba la existencia del modelo kepleriano del sistema solar de un modo matemático directo y permitía calcular la órbita de un cuerpo alrededor del Sol aun en el caso de que aquél sólo fuera visible durante parte de dicha órbita.
Esto, a su vez, hacía posible el estudio de los cometas, cuerpos de luminosidad difusa que aparecían de vez en cuando en el cielo. Durante la antigüedad y los tiempos medievales, los astrónomos habían pensado que los cometas surgían a intervalos irregulares y siguiendo trayectorias que no se sujetaban a ninguna ley natural. Las gentes, por su parte, estaban convencidas de que el único fin de estos cuerpos era el de predecir algún desastre.

1 comentario:

edmun2006 dijo...

muy bueno los datos presentados, son muy especifico, ya que estuve buscando en otras paginas y hablan de todo menos de lo que estaba buscando que es el diámetro del sistema solar

gracias